viernes, 10 de noviembre de 2006

Oriente contra Occidente





El cine de Hong Kong, suele pecar, si es que eso es pecado, de gráfico. Desde la estética violencia extrema del cine de Woo al preciosismo circense de Jackie Chan, pasando por todas y cada una de las películas que influyeron al Tigre y Dragón de Ang Lee, el cine de Hong Kong es uno de los cines más comprometidos con el diseño. En ocasiones barroco, se ve favorecido por el uso de los caracteres del cantonés, una maquetación arriesgada y los pocos reparos a la hora de saturar o sobreexponer colores y los mil y un filtros de Photoshop.
Obra del prodigioso The Cimarron Group, el key-art de The Departed, es una nueva vuelta de tuerca en la obsesión de los diseñadores americanos por el ruido. Sin entrar en valoraciones, destacar la curiosa ubicuidad de Nicholson, arañando mucho más protagonismo que su homónimo hongkonés, el jefe Sam interpretado por ese pequeño gigante llamado Eric Tsang. Poco riesgo y un patrón repetitivo, que pierde enteros en las marquesinas madrileñas, donde ni se ha respetado el semitono original.






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