viernes, 23 de noviembre de 2007

Beijing Chic conoce al hombre más alto del Frat Pack



Ayer por la noche por casualidad me encontré con una invitación para ir a ver el prestreno de Fred Claus. Como se juntaron una serie de circunstancias favorables, y estaba cerca de casa me ofrecí voluntariamente a hacer trabajo de calle para Beijing Chic. Me las prometía muy felices y mientras dejaba que nuestro reportero gráfico tomara las primeras instantáneas del despliegue de marketing yo guardaba la distancia en un lateral de la acera esperando para entrar. Pero ah la vida, nuca te lo da todo. Las entradas nos destinaban a una sala dónde NO iba a estar el actor protagonista. La estructura del acto era tan maquiavélica que los destinados a la sala 3 y 5 no podíamos ni acceder al vestíbulo donde se suponía que el actor protagonista y los famosos invitados se dejarían fotografiar y hablarían amigablemente con la prensa del corazón que por supuesto estaba dentro. La disyuntiva era realmente dura. Nos iba a tocar hacer trabajo de fan si queríamos ver a Vince. Solo he actuado como una fan en contadas ocasiones, ante los jugadores del Barcelona, una vez, el día de la boda del príncipe, y en un encuentro casual con la troupe de Beyonce en la calle Ortega y Gasset. ¿Vince estaba a la altura? Total ya que estábamos y como no hacía mucho frío: a la valla!

Beijing Chic presenta: crónica desde la valla de un preestrno en España.






Primero, no me extraña que salgan los Goya como salen, todo es un pelín cutre aquí. La productora no debía tener ganas de gastar demasiado, así que se organiza todo en una calle que no mide tiene de tres metros de ancho de acera, con solo dos carriles y a las ocho y media en plena hora punta. Así consigues bloquear la calle, que la población envejecida del barrio de chamberí se juegue la vida yendo por la carretera y que los conductores de la EMT se caguen en la peli, en los actores y en los municipales que nunca están cuando hacen falta. Pero eso sí, tu perímetro bien acotado. Los de prosegur, las vallas, el cañón de nieve artificial, un reno de cartón, un papa Noel con bolsa que da caramelos, unas azafatas con traje de actuación de fin de curso, los técnicos con rastas y pinganillo, la de relaciones públicas en tacones y minifalda organizando a las fans de primera fila (para mi que eran pagadas fijo), y los chicos de la prensa con su acreditación colgando y cara de estar cubriendo la Conferencia de Yalta.





Segundo. Esperas y esperas. Vienen los famosos. El cantante de Café Quijano. Que tiene un cara enorme. No lo digo en plan de que sea un golfo como le gusta a el definirse en sus discos, no, no es que tiene la cabeza enorme. Fijaros, fijaros. Y fuma. Que se sepa. ¿Que hacía allí? Ah! pues que dobla una de las voces. A un DJ negro en concreto, no sé como pensaron en él la verdad, algún amiguete que tendría entre los productores. Más famosos. ¿Quién? El primer ganador de gran hermano. Desmayos. ¡Oh que nivel maribel! Viene con una señorita muy maquillada y pelo recién alisado y con una pulsera-esclava o reloj (no pudimos precisar), que debe pesar lo mismo que la novia. Y ya. Desde luego la productora echó el resto.



Tercero.Vienen más coches. De gran cilindrada, negros, conducidos por tipos con traje. Es la estrella. Lo sabemos por el revuelo y porque han puesto a funcionar el cañón de espuma que en un minuto consigue que parezca que nieva. Los niños de lo pasan en grande. Los fans nos quejamos indignados que nos van a joder las cámaras. Casi hacemos un plante de esos que hace la prensa a veces. Se baja gente de un coche. No es. Se baja gente de otro. No es tampoco. Son extranjeros no hay duda, vinculados a la peli seguro, pero a quien le importa allí estamos por Vince. Y ya sale del coche. Dos metros de actor americano, seguidos por un guardaespaldas negro más bajito pero con la cabeza rapada y la nariz rota, de esos que dan miedo. Vince profesional hasta la médula. Me acuerdo de Aquellas juergas universitarias. Es tal cual. Firma autógrafos, pregunta nombres, se pasea por la valla. Se enfrenta a la prensa. La chica de televisión española parece encantada. El de Caiga quien caiga hace el chiste de que alto eres chaval. Saludo al graderío cual futbolista entrando en el túnel de vestuarios y un thanks alto y claro. No ha estado mal. Estas situaciones además me permiten hacer algo que me encanta: gritar en la calle, jiji.



Cuarto. La peli. Totalmente prescindible. Humor medio gamberro medio sentimental, que salvan los sketchs y la banda sonora. Y Vince por supuesto. Que es coproductor y espero que haga buena caja. Y bueno está Kevin Spacey que yo creo que repite su papel de Lex Luthor y que está muy guapo.



Quinto. No puedo calcular lo que le supone a Warner España montar una cosita de estas. Cuando salíamos todo estaba desmontado. Hoy tendrán asegurado unos minutos en varios programas de televisión. No sé como puede influir este tipo de promoción en la recepción de la película. Pero si lo hacen será que es rentable. Me tengo que enterar a ver si nos pueden traer a Tony para Lust Caution. Yo organizo la colecta para pagarle el avión y el Ritz.

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