Bueno, bueno, otra tradición a la que nos sumamos, como los romanos allá donde fueres haz lo que vieres. Hemos escrito una carta que engloba prácticamente cualquier cosa que se puede comprar con dinero en este mundo. Así que las posibilidades de error son ínfimas. Estamos abiertos a casi cualquier cosa. Lo que no acabo de entender es si existe un consenso tácito o expreso en el mundo de la comunicación para mantener la ensoñación infantil de este día. ¿Han visto los telediarios? Es como si a los presentadores no les hubiera dicho nadie que los reyes son los padres. Bueno no exactamente. A veces son otra gente. No creo que esta tradición sobreviva a la generación digital. Bueno igual se puede engañar a los niños hasta los tres años. Después viendo como va la conexión de ADSL en casa dudo mucho que se crean que tres tíos a camello pueden repartir una tonelada de juguetes en una noche, tomándose un desayuno completo en cada domicilio.
Pero por si acaso es verdad lo que cuentan nosotros hemos sido superbuenos estas últimas 24 horas. Porque lo que tenemos claro es que el control de actitud debe ser aleatorio y a través de un muestreo representativo. Con alto porcentaje de error seguramente.
Nota: las cabezas de Piu Chan son las vidas que tenemos. Día que no actualizamos vida que perdemos. Dice nuestro psicólogo que esto nos va a ayudar a centrarnos y a motivarnos. Lo que no nos ha dicho son las consecuencias físicas o psicológicas de perder las tres cabezas. De momento me alegro de que la que hayan usado no sea la mía.
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