jueves, 18 de enero de 2007

Y el polígrafo determina que......FIASCO!!!




¿Quién nos iba a decir que las sobremesas españolas se convertirían en una guerra fría y sin cuartel entre A tu lado y En Antena, atrincherados en su infalible tecnología sacamentiras como mayor reclamo? Tantos años apostando estos magazines de tarde por los rumores no contrastados, los montajes más descarados y las medias verdades, para que ahora nos salgan más puristas que Fabiola de Bélgica. Pero hombre, que decepción. Además no tienen ni la disculpa de la originalidad. No contentos con copiarse mutuamente sin un ápice de vergüenza, resulta que este formato es un vil remedo de La máquina de la verdad, programa mítico dónde los haya. Qué habrá sido de la mirada ubicua de Julián Lagos. Pero si La máquina de la verdad exudaba primicia, descaro, frescura, cachondeo sano y espectáculo asegurado, estas versiones descafeinadas sólo proporcionan personajillos de tres al cuarto y una querencia inusitada a los temas sexuales. ¿Tan poco practicamos los españoles que tenemos que estar todo el rato hablando de ello? Parece que sí.





En antena abrió la veda con su polígrafo rescatado de los horarios nocturnos, donde ya había dado mucho juego descubriendo infidelidades, hijos espurios y lucrativos intereses. El señor que manipula el aparato en cuestión, José Antonio Fernández de Landa se llama el pollo, apuesta por la seriedad, el rigor y un aplomo hierático. Coño, ni que fuera neurocirujano como nuestro queridísimo Jack, pero la verdad es que estuvo soberbio recriminando a Pocholo su manido y exasperante histrionismo. Así intentan darle algo de validez científica al invento, como si la audiencia lo reclamara. Ja. Además, emborrachados por su pretendida proeza televisiva, les da por ponerse graves. Así van y enchufan al polígrafo a Amedo o la Dulce Neus, dos de los protas de la crónica negra autóctona más reciente.





A tu lado no utiliza el polígrafo, no os equivoquéis, que lo suyo es el detector. Gran diferencia. El maromo que lo gestiona le tira más la interpretación y el espectáculo, sólo hay que verlo en esas pausas y silencios teatrales, esos ojos inquisidores, ese faroleo que utiliza con el invitado-víctima-jeta. Pero que se puede esperar de alguien que se hace llamar Amabel. ¿Qué nombre es ese? Telecinco como siempre hace un gran ejercicio de retroalimentación y por su detector ya ha pasado la plana mayor de Gran Hermano, La casa de tu vida y demás realitys, que ya pierdo la cuenta. Cómo se puede generar tanto con tan poco. Si yo fuera de una ONG copiaría muy mucho la manera que tiene la cadena amiga de gestionar sus escasos recursos.


Pero el recochineo padre es la blandida fiabilidad de ambos aparatejos. El caso es que ya hay personajes que han pasado por los dos instrumentos de la verdad, porque no han quedado contentos con los resultados del primero. No cabe decir que ante las mismas preguntas, detector y polígrafo muestran diagnósticos totalmente dispares. Y así la pobre audiencia vive mareada en un vaivén entre cadena y cadena y con la congoja si la pájara en cuestión se acostó o no con Jesulín. Le crean a una una duda que le corroe y no le deja conciliar luego la siesta de rigor.


Como todas las copias malas engancha una barbaridad, por lo que recomiendo que lo consuman con sumo cuidado. Luego no me digan que no se lo advertí.




Inédita

3 comentarios:

  1. Gracias por el buen resumen, andaba perdida diciendo pero esto no lo hemos vivido ya con "La Maquina de la verdad" pero no se parece que los demás sufren amnesia que no le recuerdan, con uno ya hubo bastante, no?

    ResponderEliminar
  2. Respetos a Julián Lago, ese precursor, y al americano que traía porque "no hay nadie en España que sepa manejar la máquina". A alguien se le ocurrió meter cursos de polígrafo en el Inem y ahora tenemos esto... Lo de la máquina es para que los que no se atreven a decir las cosas a la cara puedan expresarse..

    ResponderEliminar