Iñaki de Juana Chaos ha resultado ser un paquete muy completito para los medios de comunicación, ya que su mera mención les permitía tratar un sinfín de temas todos muy rentables. Así que lo mentaron hasta la nausea y hablaron de política, de sentencias y Tribunal Supremo, de manifestaciones varias y variopintas, de derechos humanos... Y de pasada pudieron mostrar unas cotizadas imágenes de piel y hueso, con lo que da eso de share, porque si no lo diese digo yo que no retransmitirían periódicamente esos múltiples reportajes sobre anoréxicas tan divulgativos, que si te planteabas serlo, pero no acababas de saber bien bien cómo, te sacas de ahí el abc de los trastornos alimentarios.
Pero la apoteosis llegó el pasado viernes, cuando todos los telediarios de todas las cadenas, para explicarnos que el etarra había sido trasladado a Donosti y por ello dejaba su huelga de hambre, abrieron sus titulares con: “De Juana Chaos ya se ha tomado su primer caldito”. No, esa frase no corresponde a un padre o a una madre satisfechos con las proezas de su retoño, sino a los periodistas televisivos del país, que se ve que lo vieron ahí tan desnutridito que les dio un avenate maternal inevitable. Vale, el diminutivo es mío, pero el contenido sustancial no. Además de ñoños hicieron uso de publicidad engañosa, porque esperábamos verlo sorber la sopita con avidez y ahínco y nada. Sólo pudimos ver a su novia, muy joven por cierto (esto confirma que también se lleva entre los abertzales liarse con pipiolas, o sea, que es una práctica extendida transversalmente entre el género masculino).
¡Qué decepción!, para los que pensábamos que como buen vasco al abandonar la huelga de hambre empezaría con un buen marmitako, seguido de un chuletón vuelta y vuelta. ¡Eso también era una cuestión de principios! Espero que las hortalizas y el pollo del caldo estuvieran por lo menos criados en Euskal Herria. Pero no quiero frivolizar y menos después del pormenorizado estudio de consecuencias que conlleva la no ingesta que nos proporcionaron las teles, seguro que eran unos datos que les habían sobrado de uno de sus reportajes sobre la anorexia.
Después de los coletazos de algunas manis parecía que el tema había acabado. Pero NO, porque el miércoles hubo bronca en el senado, en el mejor estilo de patio de colegio. “Tú más, sí pero tú empezaste antes, como no pares vas a los votantes”, éstas fueron las sabias palabras que se oyeron de las boquitas de nuestros políticos. Y mientras, los medios se frotan las manos, porque eso vende mucho, pero que mucho. Tal y como ya predijo Neil Postman, en Divertirnos hasta morir, la televisión trivializa todos los mensajes y convierte todo en espectáculo. Y por eso de Juana se ha convertido en una celebridad más de este circo mediático, por los que aún os preguntabais porque hablaba yo de este tipo aquí. Y queda espectáculo para rato, regocíjense editores de telediarios.
Inédita
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