Hemos vuelto a The Office. Te devuelve la fe en la televisión y en los guionistas americanos. Dwight pone mi paciencia a prueba y puedo asegurar que si alguien como Michel Scott entrara en mi vida, me vería obligada a abrazar la vida monástica.
No sé si descontextualizado tendrá el mismo efecto, pero estos trece segundos son uno de los momentos más graciosos que he visto. Por supuesto estamos totalmente enamorados de Jim.
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