lunes, 29 de diciembre de 2008

Queridos Reyes Magos, por nosotros que no quede


La gente se agobia en Navidades, ya ves tú. Eso es porque han crecido en la abundancia y, claro, no tienen impulsos reprimidos. Nosotros que venimos de una sociedad donde lo de comprar hasta hace tiempo no estaba bien visto celebramos felices que la sociedad occidental se haya puesto de acuerdo al menos sobre una cosa: cuando tenemos que hacernos regalos porque sí.
Si lo pensamos es una idea genial, millones de personas durantes años y años han decidido que con la excusa de las navidades y usando a figuras más o menos petardillas nos regalemos cosas los unos a los otros. Que idea tan brillante. Algún cínico dirá eso de que esta idea se la inventó el corte inglés pero como mínimo lo acordarían unos cuantos portavoces de grandes almacenes internacionales. Y aún eso tendría su mérito. Por nosotros que no quede, una tradicción es una tradición, y, ya se sabe, el respeto que tenemos en nuestra milenaria cultura por lo antiguo.
Así que nada a regalar y a regalarse. Que no le engañen, no hay mayor gesto de amor que regalar algo, y cuanto más caro más cariño. Así es. Todo lo demás son excusas de gente tacaña. He dicho.

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