martes, 23 de diciembre de 2008

La joven tenista


La joven tenista ejerce en elfarolero la misma seducción que los aventureros atezados que vuelven de los trópicos guardando un secreto extraño e incomprensible. La mira conmovido y sólo lee en ella una punta de iceberg en forma de diadema que esconde siete octavas partes de misterio y melancolía detrás de una piel pálida, casi cristalina. A veces acusa algún gesto de padecimiento, el estilo grave en sus ojos de avellana, una sonrisa tímida colgando de sus labios tumefactos…
Pero el hombre del farol sigue confuso, en su páramo roído por el sol, mirando pasar las palomas deslucidas, soñando con regalarle una piruleta de caramelo de fresa con forma de corazón

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