jueves, 11 de diciembre de 2008

El joven Tazio













Adelgazado por la tela oscura, el rostro fino y joven, recién afeitado, cuidadosamente rapado, el cuello italiano blanco y la estrecha corbata negra, con ese aire de Nazarín endomingado. Se apareció como era, es decir, muy guapo. Y comprendió entonces que la abuela amaba físicamente a su nieto, estaba enamorada de su gracia y de su fuerza, y que su debilidad por él era, después de todo, muy común. Esto contribuía a hacer el mundo soportable: se trataba de la debilidad ante la belleza.

El Farolero

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