A los que nos hacen bajitos, miren, para que nos vamos a engañar, el balón-cesto ni nos va ni nos viene. Ya puestos, y conscientes de su volumen y posición en el mundo, prefieren imaginarse cual Maradona deslizandose en el área, haciendose un ovillito y dejándose caer. Pero en fin, en medio de la efervescencia nacional que ha invadido estos días el país, y por culpa de un tebeo que nos trajeron (que no pedimos, oiga), nos hemos obligado a participar de la histeria colectiva. Resulta que el mejor dibujante español ha hecho un número especial dedicado a los mundiales, europeos, o pequeño círculo de naciones, que se ha celebrado aquí. Y para promocionar el evento pues fijaté, que regalaban una canasta chiquitita para pegar donde uno quiera. Y claro, con lo bueno que es el deporte, quien se niega a organizar una liga "de fantasia". Así que nada a hacer el gili, porque cuando tu primo acoplado, y pendiente de repatriación, te saca tres cabezas y tiene una mano que es de largo el perímetro de tu trasero, pues lo único que queda es esperar que pase el tiempo y mirar al banquillo a ver si te cambian, que al revés que en el fut-bol los tipos estos no aguantan ni diez minutos en la cancha, panda de vagos....
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