A Mthew le gustaban las motos dejó de usarlas cuando tuvo hijos, y cuando se fue a vivir a Hawai para rodar Lost le dijo a su mujer que dado que prácticamente vivían en una ciudad de juguete, sin tráfico, sin curvas peligrosas y con buena visibilidad, podía darse el lujo de volver a montar una. Parece que de vuelta a la ciudad no ha podido desprenderse de esa costumbre hawainana. Esto lo sé porque antes, cuando tenía tiempo, me leía los artículos, ahora solo veo las fotos... perra vida...
Fuente: Mathew Fox Net
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