




La revista Wired la he comprado varias veces y no la he leído nunca. Se la he hecho llegar en ocasiones a nuestra proveedora de tecnología y creo que tampoco la ha leído nunca. Pero comprarla me hace sentir que la revolución tecnológica, sea cual sea, nunca me pillará a contrapié. ¿Han visto alguna vez a esas señoras en las escaleras mecánicas, que miran el momento de pisar el escalón que sube como si estuvieran decidiéndose a saltar desde un avión? A veces me pregunto si alguna vez acabaré así. Tener la Wired en casa te hace sentir que nunca te entrará pánico por programar un vídeo.
Fuente: Oh No They Didn´t
No hay comentarios:
Publicar un comentario