







Mientras descansaba en Estocolmo el nuevo muso del cine independiente americano se pasó con las copas y acabó detenido. Ya se sabe como son los nórdicos de cívicos y previsores, el cómico estaba conduciendo uno de esos ridículos carritos de golf donde se mueven esos sufridos deportistas para llegar de hoyo a hoyo. Se ve que la estrella se negó a hacerse el test de alcoholemia y ya se sabe que una cosa es ser majetes y otra tontos, así que sin más tonterías se lo llevaron al cuartelillo.
Fuente: Celebutopia y Perez Hilton
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